AUTOR: PROFR. EDUARDO GÓMEZ ENCARNACIÓN.

DE CUANDO LOS HÚNGAROS Y EL CINE EN LA JARRETADERA.
(TESTIMONIO DE DON GUILLERMO FERNÁNDEZ. 2016)
“El Queo, que vivía en Pitillal, daba cine por todas las rancherías. Un cine ambulante que paseaba en una carcanchita Ford, de aquellas que traían los rines de rayitos. Su ayudante era un señor que le decían “Yiyo”, un chuequito, tenía una pata cortita, él era su ayudante.
Eran cines ambulantes que, cuando menos lo esperábamos, oíamos los anuncios que ya estaban puestos en la plaza. Después, el del cine fue Beto Piña; ese era de San Juan. Empezó a venir hasta que se quedó aquí, en Jarretaderas; él era de San Juan, allá vivía la familia.
Venían también “los húngaros” que eran famosísimos. Traían buenos sonidos y buenos aparatos; ellos también venían. Recuerdo que una vez vino un húngaro y se puso aquí en la plaza y Beto allá, en su corral. Los dos empezaron a echarse malo con los micrófonos… tenían muy buenos sonidos los dos. Nosotros veníamos de trabajar del campo a caballo y dijimos:
-¡Ah, hay cine! ¡Ah cabrón, son dos! ¡Oigan… que Beto va a dar la película fulana! ¡Ah cabrón… que allá las películas manganas! ¿A cuál vamos a ir a ver a cual?
Y empezaron a anunciar las películas duro, anuncie y anuncie… y mocos. En ese tiempo a uno cincuenta valía la entrada; no pos que:
-“A uno cincuenta la entrada». Anunció el húngaro.
-Y Beto dijo: “a peso la entrada”.
– Y el otro dijo; “a cincuenta centavos la entrada”.
– Y Beto anunció: “a peseta la entrada”. Que eran monedas de 25 centavos.
– Y el otro gritó: “entrada gratis”
-Y Beto dijo: “gratis y una Pepsi de pilón la entrada”
-Y el húngaro dijo: “la entrada gratis y también la Pepsi regalada”
Antes uno tenía que cargar su silla en el hombro para ver el cine o te sentabas en un ladrillo. Y fue cuando Beto dijo:
-“Entrada gratis, Pepsi gratis… y si no train silla, véngase aquí le prestamos silla”.
Fue así como Beto se chingó al húngaro…»
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