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LEYENDAS DE LA BAHÍA DE BANDERAS. «EL ESPEJISMO». Por Profr. Eduardo Gómez Encarnación.

Profr. Eduardo Gómez Encarnación.
Cronista Oficial de Bahía de Banderas (2014-2017).

«EL ESPEJISMO»

Hasta 1950, se creía que una ciudad hundida en el mar, brotaba por unos instantes el Sábado de Gloria. Después de haber guardado luto riguroso durante la Semana Mayor, la gente se congregaba en la plaza de Puerto Vallarta y otras playas, para admirar este portento al que llamaron “El Espejismo”. A las doce del día, en un acto de hipnosis colectiva, se perfilaba en el horizonte una ciudad con reflejos de plata y pedrería. Y hubo quien escuchara música y rumores, o distinguiera personas en las calles de aquella urbe imaginaria, brotada del mar entre el calima y las brisas oceánicas.
El encantamiento emergía hacia el lado de Punta de Mita, lugar de leyendas y de magia. En el área se asentaron Tintoque y Pontoque, dos pueblos ribereños dedicados al rescate y comercio de perlas, caracoles tintóreos, caracoles gigantes y ostras preciosas. Antes de la llegada de los españoles, la riqueza de estos pueblos fue sobresaliente y su influencia comercial abarcó la costa occidental desde Baja California hasta el Perú. Al inicio de la Colonia, Pontoque y Tintoque conservaron su importancia perlera la grado de establecerse en ellos “caja real” para rescatar el tributo de la Corona. Fue tanta su fama que en 1587 el pirata inglés Thomas Cavendish, fondeó en nuestras costas y quemó el pueblo de Pontoque para despojar a los naturales de sus perlas (Carlos Munguía).
Entre los pueblos de la costa se arraigó un culto profundo a las fuerzas del mar, representado por Xipe Totec, “nuestro desollado”, dios de los orfebres. Tintoque y Pontoque instalaron verdaderos talleres de tallado de concha donde se manufacturaban pulseras, brazaletes, anillos, aretes, orejeras, colgantes, pectorales, anzuelos, etc.
La palabra Mita parece derivar de Mictlán, el inframundo náhuatl, el lugar de los descarnados, el reino de Mictlantecutli que se encuentra donde descienden los astros. El inframundo está relacionado con el culto a Quetzalcóatl y la creación de los hombres.
José Beltrán Medina abona a favor de un culto a las fuerzas del mar en el área, diciendo que “el sitio de Tintoque tiene un buen puerto de abrigo llamado Corral del Risco, desde donde se hacían a la mar para explotar los recursos marinos y para navegar a las islas Marietas, santuario de Aramara, diosa del mar”. El culto religiosos a las fuerzas del mar que desarrollaron estos lugares, perdura aún en la devoción a la Virgen de Tintoque en Valle de Banderas.
Tintoque y Pontoque desaparecieron a finales del siglo XVII, y el recuerdo de sus riquezas y tesoros atormentó siempre a los costeños. Aventureros, desocupados, incluso espiritistas, buscaron por siglos cofres llenos de perlas y joyas, escondidos en las cuevas de Punta de Mita. Pero también, en forma de “espejismo”, los lugareños mantuvieron viva la memoria de un lugar que se remonta a sus orígenes.
Imaginario Regional. Mitos, leyendas y creencias en la Bahía de Banderas. CONACULTA-CECAN. 2008
FOTO: MURO Badea Media. Laura McArthur

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