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Leyendas de la Bahía de Banderas: «La Sirena. Autor Eduardo Gómez Encarnación

Eduardo Gómez Encarnación. Cronista Oficial de Bahía de Banderas 2014 a 2017.

«LA SIRENA»

La sirena es quizá el ser mitológico que ejerce mayor fascinación sobre los hombres. Todos los pueblos marinos han creado leyendas y mitos sobre el origen o aparición de las sirenas. Imaginar seres alados, equivale al deseo de levantar el vuelo; alucinar sobre sirenas, obedece a las ganas de respirar dentro del agua.

Antes y después de Homero, estas criaturas han inspirado a poetas, cuenteros, cineastas, compositores, escultores, etc. Borges nos dice que las sirenas cambian de forma a lo largo del tiempo. “Para Ovidio, son aves de plumaje rojizo y cara de ángel; para Apolonio de Rodas, de medio cuerpo arriba son mujeres y, abajo, aves marinas; para el maestro Tirso de Molina, la mitad mujeres, peces la mitad”.

En nuestra región, la sirena tiene un origen más humano, más cercano, moralizante, incluso. Hasta mediado Siglo XX, la Cuaresma se llevó con un rigorismo religioso, so pena de condenación si se rompía. En el pueblo de Valle de Banderas, sede cural desde la Colonia, Jueves y Viernes Santos fueron días de un luto estricto: se caminaba con la vista baja, se hablaba poco y en voz tenue, se oraba durante el día. No se proferían “malas palabras” ni se regañaba a los niños, mucho menos un azote. Cuadros de santos e imágenes de bulto eran cubiertas con una tela color tinto. Las mujeres vestían blusas de manga a “la muñeca” y falda larga hasta “el huesito”. Aquella reclusión inflexible abarcó hasta al aseo personal: estuvo prohibido bañarse en el río o en el mar, bajo pena divina de convertirse en pez. Así, el origen de la sirena, quedó entre nosotros como un caso desdichado, producto de la desobediencia.

Contaban que una muchacha de “la otra costa”, quizás de Tomatlán, burlándose de la advertencia de sus padres de lo que podía sucederle, zambulló medio cuerpo en las olas del mar de Chamela un Jueves Santo, a principios de un abril caluroso. Con sorpresa y terror, la joven fue testigo único de cómo en un instante sus pies se transformaron en una rosada cola de pescado. Para su fortuna, fue rescatada por la atarraya de un pescador, antes de completar aquella metamorfosis: quedar convertida en un pez.

Después se dijo que la niña, mitad pez y mitad mujer, deambulaba por los pueblos en una carpa de titiriteros, lamentando su desgracia. Que la habían visto en Mascota, que la habían visto en Talpa, que la habían visto en Purificación, aconsejando chiquillos desobedientes y rezongones. Sería cierto o no. Aquí, en Valle de Banderas, durante las fiestas del 2 de febrero, entre volantines y ruedas de la fortuna, vimos llegar a la “mujer araña” y la “mujer culebra” con el mismo sermón. Pero los niños de entonces nos hicimos viejos esperando a la “mujer sirena” que nunca llegó.

«Imaginario Regional. Mitos, leyendas y Creencias en la Bahía de Banderas. CECAN-CONACULTA 2008.
Profr. Eduardo Gómez Encarnación.
Cronista Oficial de Bahía de Banderas (2014-2017).

Leyendas Regionales. Entidad Capacitadora de Ecoturismo Morelia. Diplomado de Formación como Guía de Turismo General. Sábado 24 de junio 2024.
La Sirena. Dibujo a tinta china, imaginario regional. CECAN-CONACULTA 2008.

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